
Nueva Normalidad o Nueva Realidad
En las últimas semanas la frase de moda tiene que ver con el regreso a la “Nueva Normalidad”, sin embargo, ¿a qué le llamamos normalidad?
Actualmente hemos escuchado en varias fuentes a analistas hablar sobre una crisis económica provocada por el virus de moda, que va a colapsar la economía y traerá desempleo, cierre de negocios -principalmente pymes y pequeños comercios-, etc.
Sin embargo, la “normalidad” nos lleva a reaccionar de una forma conocida: preocupándonos.
La “normalidad” nos enfoca en la preocupación en lugar de la ocupación. Nos lleva a estar más atentos y preocupados por la falta de cerveza, por el lanzamiento de una nueva serie en la televisión, etc.
En la “normalidad” pagamos hasta el doble de valor por una cerveza pero regateamos al campesino y al artesano por el fruto de su trabajo.
En la “normalidad” preferimos comprar en cadenas de supermercados extranjeras, que en la tienda de don Chepe el de la esquina o el “supercito” de la colonia.
En la “normalidad” no nos importa gastar en un celular de alta gama, pero no somos capaces de invertir en una maestría o en un programa de capacitación y certificación de conocimientos, sin entender que la única forma de afrontar las crisis es precisamente a través de la formación y capacitación.
Una muestra de esto es que en la “normalidad”, durante la crisis del Covid-19 las plataformas como Netflix incrementaron sus usuarios casi en 16 millones y lograron beneficios económicos por más de 700 millones de dólares.1 En cambio la venta de libros se contrajo 79%,2 y aun cuando las ventas de libros en línea se han incrementado están muy lejos de generar las ventas de las plataformas de streaming.
En el ámbito empresarial, la “normalidad” nos dice que algunas empresas están más preocupadas en el crecimiento de sus números que en el crecimiento y desarrollo de sus asociados, la “normalidad” hace que algunas empresas prefieran sacrificar personas en lugar de indicadores de desempeño. 3
La “normalidad” hace que los jefes estén más preocupados porque alguno de sus asociados resulte más talentoso que él y ponga en riesgo su posición, sin entender que precisamente su visión para reunir y liderar la suma de esos talentos es precisamente la base de su éxito como líder.
En la “normalidad” algunas empresas prefieren bajar el sueldo de sus empleados o negociar sus prestaciones tomando como pretexto la pandemia, en lugar de fortalecer y apoyar a sus asociados, quienes han fortalecido y apoyado a la empresa por años. En la “normalidad” el empleado trae puesta la camiseta de la empresa, pero la empresa no se pone la camiseta del empleado.
Como estos, podemos encontrar muchos ejemplos más que nos permitan exponer lo que llamamos normalidad y en muchos otros aspectos, médicos, culturales, etc., que con un poco de honestidad y autocritica podremos definir.
La pregunta es; ¿realmente queremos regresar a esa normalidad? Porque te aseguro que si es así, lo único que tendría diferente seria la palaba “nueva” antecediendo.
Te invito a crear una Nueva Realidad, donde tu transformación personal sea la base, donde antepongamos el Ser antes que el tener.
La “realidad” contrario a la normalidad, nos lleva a ocuparnos, a tomar responsabilidad y crear lo que queremos vivir, en lugar de paralizarnos ante una crisis amenazante, nos invita a desafiarla y demostrarnos de que estamos hechos.
La “realidad” nos lleva a reinventarnos y rediseñarnos, tomando acciones y responsabilidad conmigo mismo y con los demás.
Una “realidad” donde el ser empresa y el ser humano vayan de la mano, asegurando cada uno de ellos la existencia y bienestar del otro, a través del compromiso y la responsabilidad.
Una “realidad” que permita tu despertar hacia una nueva consciencia de ti mismo, una transformación basada en el rediseño de tu ADN, y no solo me refiero a la cadena genética.
Tú decides, entrar a una Nueva Normalidad o crear una Nueva Realidad.